jueves, 5 de junio de 2008

...Y VoS QuE pEnSas???

CoN Un POqUItO DE TiEmpO Y cOn El sOl qUe PasA POr El vEnTaNaL dE La oFiCiNa, deCiDi CoLOcAr QuiZaS La hIsToRiA QuE mAS mE GUsTo esCrIbiR...

EsPerO QuE A UsTeDEs taMbiEn LeS AgRaDE.



MaRy.



¿QuE SErA, QuE SEra?

Caminé por las calles desiertas, o casi desiertas, de una zona de chalets. Algunos habitantes, a pesar de la hora matinal, ya estaban levantados; me miraban pasar desde los garajes. Parecían preguntarse que estaba haciendo yo allí. Si me hubieran abordado, me habría costado mucho contestarles. En efecto, nada justificaba mi presencia allí. Ni en ninguna otra parte, a decir verdad. Seguí sin rumbo por esas calles observando los rostros y en ellos podía distinguir miradas de odio, tristeza, bronca, felicidad; pero una de ellas hizo que me detuviera. Era ella, una pequeña de dientes brillantes y mejillas rosadas como su vestido, pero lo que hizo que me detuviera no había sido eso, sino su mirada; estaba vacía, solitaria. He oído decir que en los ojos se refleja el alma de las personas, pero en estos ojos no había absolutamente nada y, en ese instante, paso por mi mente una sola pregunta ¿como alguien tan puro y tan pequeño no podía reflejar sus emociones?, si es en esos tiempos en donde nada importa, en donde la realidad es superada por un mundo de fantasías, de seres mágicos, de sueños. Sin dudarlo, o quizás un poco, comencé a caminar hacia donde ella se encontraba, mirando a ver si alguien me decía o hacía algo; y sin darme cuenta ahí estábamos, frente a frente, y no se me ocurrió nada mejor que decirle: “hola”, pero no recibí nada a cambio; me llamo Mary y ¿vos? , y lo único que recibí fue el destello de los primeros rayos de sol reflejados en sus dientes , entonces me dije: “Decididamente esta niña había aprendido muy bien la lección de no hablar con extraños, o quizás, solo era tímida o en última instancia los ratones le habían comido la lengua”, entonces busque algo que le pudiera llamar la atención en alguno de mis bolsillos, pero solo tenía una pequeña llave, que ni yo sabia de donde era y menos que abría; extendí mi mano y se la regale; aunque nunca imaginé que esa acción iba a desencadenar algo tan inesperado; cuando le di la llave, sin dejar de sonreír, la pequeña se acerco a mí y me dio un gran abrazo y un fuerte beso , me soltó, me miró y dijo gracias, atónita pregunte: ¿Gracias?. Sí, gracias. Vos fuiste la primera persona en este tiempo y lugar que realmente se interesó por lo que me pasaba, por acá pasa mucha gente pero lo único q hacen es halagarme el vestido o decir lo hermoso q se ven mis dientes, sin importarles si realmente sonrío de felicidad; vos fuiste capaz de ver mas allá de mis ojos, y tratar de sacarme una sonrisa pero de esas que da el alma, y con algo tan simple como darle algo tuyo a alguien que no conoces, pero que queres saber que le pasa o porque esta así; y no pienses que por ser tan pequeña no entiendo las cosas de ustedes los que se dicen grandes. Ustedes siempre viven tan acelerados que no se dan cuenta de lo que pasa a su alrededor, nosotros vemos mejor y muchas veces nos damos cuenta de cosas que ni se imaginan. De nuevo gracias. Y luego de todo eso comenzó a caminar. Me sentía rara; y fue cuando mire hacia los costados y estaba en mi cama, en mi casa, todo había sido un sueño, inentendible o tonto para algunos, pero con una lección para mí y quizás también para vos.


Fin